Para mis lectores que no terminaron de leer el anterior capitulo, les dire que la continuacion ya fue terminada..... je
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II. El Primer Asesinato
Un recuerdo notablemente fresco, a pesar del transcurso de los años… Como si apenas hubiese ocurrido ayer. Estando en el mes de Abril, aproximadamente casi dos meses desde que “Alan” me había regresado aquel dinero y dicho que podía quedarme el tiempo que yo quisiera, claro, con la condición de que no me entrometiera en sus asuntos.
Eran cerca de las 3:40 de la tarde; Yo, como ya se me había hecho costumbre, tomando cerveza, cruzado de pies sobre un taburete escocés y releyendo viejos documentos y periódicos cual veterano –antes extraviados en algún remoto lugar del amplio desván- me sumergía en la aterradora trayectoria de un famoso ladrón: El ladrón de mercilesst, también nombrado “El misterioso” “El mas ruin entre los ruines” rezaba aquel articulo en primera plana… “mercilesst” ¿En donde le había escuchado? Y… de repente, cuando mi mente comenzaba a esclarecerse… Un grito ensordecedor rasgo la tranquilidad de mi mente y de aquel lugar. Un grito que quedo sofocado de la misma sorprendente forma en la que había aparecido. Me sobe el pecho, relajando mi respiración, atento cual felino; Gemidos, sollozos y luego mas gemidos, algo no encajaba bien. Baje las escaleras casi saltándolas. Automáticamente mis ojos se vieron atraídos hacia la ultima puerta del corredor tras las escaleras, lo que lo hacia ver como un reducto algo tenebroso, cualquiera que lo viese podría jurar que de alguna de las tres puertas que le circundaban podría salir “algo” y comérselo a uno plácidamente sin ninguna preocupación.
Me acerque temeroso, pero decidido a descubrir la verdad, y el mounstro me salió al encuentro.
- ¡Regresa por donde viniste!
- ¿Qué pasa? ¿Quién…? –Todavía no terminaba de pronunciar la frase, cuando al otro lado de la puerta se oyeron mas sollozos, parecía una joven -¿Quién esta ahí dentro? –se me salió decir.
- ¡No te importa!
- Pero…
- ¡Pero NADA! ¡La puerta esta bajo llave! Te prohíbo acercarte ahí… ¡LARGO!
- B-bien… ¡Me voy!
Y mientras me marchaba, note segundo a segundo, que no me quitaba la vista de encima, custodiándome con esa mirada propia de él, siguiendo cada movimiento mío. Subí preocupado, ya no podía concentrarme en nada, ni siquiera en el susodicho ladrón ese que había robado toda mía atención minutos atrás. Trate vanamente de enfocar mi mente en otras cosas, pero mis pensamientos se reflejaban en aquella victima; Todo intento de concentración en cualquier cosa se había perdido, extraviado. Al poco rato, malhumorado encendí el Televisor; cambiaba los canales continuamente. La duda sobre la persona que había tras aquella puerta me asaltaba constantemente.
La respuesta llego de inmediato, “por el canal 270” transmitiendo en vivo desde un lejano horizonte. Se comunicaba la persecución fallida de varios sospechosos. Una notable conspiración en torno a la política y una joven secuestrada durante la mañana. ¡Una joven de escasos dieciséis años de edad! Hija de mi patria –la misma que me había dañado tanto y por la cual, debía forzosamente dejar atrás- Hija única de una poderoso empresario japonés. El mayordomo y el chofer daban su testimonio, acerca de una auto negro del cual se habían bajado siete sujetos armados, tres de los cuales, ¡Al parecer, portaban ojos de color gris! ¡Demonios! ¡Grises como los de Alan!. La limosina había sido interceptada mediante un tiroteo desenfrenado –en el que la mayoría de los guardaespaldas habían sido cruelmente asesinados a quemarropa- En cuanto a todo lo demás: números de emergencia en caso de hallazgo de los culpables y, una jugosa recompensa por la tan afamada: Yuan Arukumi.
Casi estaba seguro, llevábamos la misma sangre corriendo por nuestras venas ¡Debía hacer algo por ella!. Sin embargo, una parte de mi lo deseaba, pero… la otra terminaba sofocando a la primera. Tome mi celular, pero fue imposible marcar, ya que, muy en el fondo y a mi pesar… No me lo permitiría, pues le amaba con toda mi alma. Así pues, tendría que salvarla a espaldas de él. Creo que me sentí entonces más inteligente y salí.
Ya entrada la noche, baje sigilosamente, me dirigí a tomarme un vaso de agua –y según yo, me asegure de que nadie estuviera presente- Vi el reloj, que marcaba las 11:42pñ. Casi media noche y la película de terror estaba por correr. Me pare frente al corredor y, vislumbrando la puerta di el primer paso, pensaba en echarle un vistazo…
- ¿¡A donde crees que vas!?
El estomago me dolió al tiempo que volteaba lentamente. Asechando a cualquier enemigo estaba sentado junto a un gran ventanal, posición que le permitía a su vez el cuidado de la presa.
- Al baño –me excuse viendo el que estaba a dos puertas de ahí.
- Hay otro allá arriba.
Nos miramos absurdamente sin mediar palabra.
- Esa tal Yuan Arukumi no esta ahí dentro, ¿Verdad?
- Y que si lo esta.
- Pues… yo la ayudaría.
Su frialdad se intensifico, sus ojos cambiaron repentinamente de una forma drástica hacia mi persona.
- Te mataría si intentaras hacerlo.
- Bien, ¡Pues inténtalo! –me arme con un bat de madera que colgaba de una colección en la pared. Corrí sin pensarlo dos veces hacia la puerta, rompí el candado con el bat y… antes de que pudiera hacer nada: caí hacia atrás en desventaja. Alan estaba mejor preparado que yo.
- ¡Arght! –grite de dolor.
- ¡Te lo advierto!
Rodé en el suelo cuando me lanzo una navaja, me puse en pie y retome el bat. Él estaba serio.
- ¡Vamos! ¿No ibas a matarme? –vaya defensa que utilice.
- Claro, lenta y dolorosamente hasta que desees nunca haber nacido… -intente golpear sus pies fugazmente. Más, en el acto no supe de donde saco esa fragancia que me roció en la cara y que en el acto hizo que me desmayara… Desperté. Trágico pero cierto: amarrado a uno de los sillones que acompañaban la grande y majestuosa sala.
El amanecer toco rápidamente a los ventanales. Probé e intente el soltarme: fue vano, tonto e inútil, Al poco rato, el mismísimo Alan se presento con una copa que contenía un finísimo licor color carmesí entre las manos. Estaba borracho y rio mirándome a los ojos.
- ¿Has estado bebiendo en todo este tiempo? –reclame ofendido.
- ¡Y que, si lo estuve! –rio sádicamente, estaba totalmente ebrio.
- ¿Por qué no me mataste?
Paro de reír.
- Porque no vale la pena que me esfuerce en matar a alguien como tu.
Dicho esto, mención honorifica… se marcho.
Lentamente transcurrieron horas y horas. La eternidad casi completa. Hasta que se le ocurrió aparecer para alimentarme con las migajas del bocadillo que se acababa de engullir el muy tacaño. Note que aun estaba “ido”, ya que pude sustraerle fácilmente un tenedor, con el que por la noche me libere. Fui directamente a abrir el candado. Él debía de estar completamente fatigado y dormido.
Alguien sollozaba al otro lado de la puerta, no me cabía la mas mínima duda ¡Era ella! Gimió más fuerte en cuanto noto mi presencia.
- Sshhh!!! No temas, no voy a hacerte daño ¡Vine para ayudarte! –dije al tiempo que bajaba el tono de mi voz.
Empecé a tocar a tientas, luego me pareció dar con uno de sus codos. La tome por la espalda y la arrastre a lo largo de la casa. El reflejo lunar se colaba maravillosamente por una de las ventanillas superiores y fue entonces cuando la pude ver más claramente.
Quite la venda de sus ojos y el paño de la boca.
- Tranquila –le susurre- voy a sacarte de aquí, no se como, pero lo hare.
Murmuro un “Gracias” al tiempo que me miraba con un destello de esperanza en sus lagrimosos ojos. Le desate los pies, pero de las manos me fue imposible: los nudos se encontraban fuertemente ligados unos a otros.
- ¡Levántate! Iremos a la cocina, necesito un cuchillo para cortar la soga y así será mas fácil –asintió.
Lo peor de todo esto fue y ocurrió minutos después cuando Alan nos descubrió. La luz se encendió y con el arma nos apunto.
- Vaya, vaya… Mi camarada me “traiciona”
Coloque a la niña tras de mi.
- Déjala ir a ella ¡Mátame a mi!
- ¡Te matare de todas formas!
Un arranque de furia me enloqueció: salte contra él. Disparo. Esquive la bala –que para desgracia mía y la de todos: rompió las cuerdas que apresaban las manos de la joven- El arma cayo al suelo. Alan intento darle alcance pero no se lo permití. Ella levanto el arma.
- ¡Basta! Que nadie se mueva –balbuceo al tiempo que nos apuntaba a los dos- o los matare aquí mismo, ¡Quietos!
- Mira lo que has hecho “cariño” –él me tiro al suelo e iba a ponerme del lado de Arukumi, cuando me detuvo señalándome con el arma.
- ¡Alto! ¡Detente ahí! No puedo… confiar en ti –vacilo.
- Oooh!¡Aprende la lección, Niño! ¡No debemos confiar en nadie! Ni siquiera jugar con la “comida” –replico Alan mofándose de una engañosa alegría.
Aqui la continuacion de donde me quede.....
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- P-pero ¿Cómo puedes decir eso? ¿Después de lo que acabo de hacer por ti? –le reproche.
- Ustedes son… asesinos, “Matan personas” ¡Retrocede o…!
- Eres una… -Disparó - ¡Aght! – rozo mi brazo derecho, arrodillándome de dolor
La batalla por el arma comenzó, disparos y vidrios rotos volaron por doquier. Y mientras tanto, yo, Ken Mitsuda, porque en realidad ese era mi verdadero nombre: fui presa de un remordimiento incontenible, en alguna parte del camino había perdido mi autenticidad, había extraviado mi lealtad ¿En quién demonios quería convertirme? ¡Era yo! Los pensamientos iban agolpándose unos tras otros en mi mente, chocando los unos con los otros; Me comían mis propias fantasías cuando un repentino disparo me devolvió de improvisto a la cruda realidad, observé a mi alrededor: sangre, vidrios y trozos de no se que cosa, adornaban esparcidos aquí y allá el frío cuerpo del mármol y él, esa persona, humillado y acorralado, sangraba del muslo izquierdo y su mirada reflejaba hacía ella un profundo e iracundo odio.
Sentí entonces que debía hacer algo por él, en recompensa a mi conducta, tal vez. Y me lance contra ella: el arma se debatía entre nuestras manos
- ¡Dámela! –gruñí.
- ¡Noo! ¡Nunca!
Le di un puntapié en la espinilla y cayo adolorida, la pistola voló por encima de nuestras cabezas, alejándose a dos metros y medio. Quise alcanzarla, más en el acto, la mocosa hizo que tropezase. Caí abruptamente. Alan intervino posesionándose del arma, un golpe bajo lo intercepto: él, se retorció sin soltar el fusil.
- ¡Suéltala! –bramó la joven.
Alan se negó. Un nuevo golpe y esta vez cedió. La sangre me escurría sin piedad del hombro derecho. Levantando el arma y apuntando con fiereza.
- ¡Muere! – le susurro… ¡No podía dejar que se me escapara de las manos! La bala me perforo a mí. Ni siquiera fui capaz de emitir ningún sonido. Solo desistí de estar en pie y me derrumbe, conmocionado.
La joven, paralizada de horror al ver manchadas sus manos en sangre viscosa. Yo sobre el lago carmín, acariciando al frio rostro del mármol, distanciándome minuto a minuto del mundo real…. Miles de millones de lucecitas parpadearon a mí alrededor. Había saldado mi deuda. Le había protegido con mi cuerpo y seguro que se las cobraría con mi muerte. A lo lejos se oída el triste y apagado sonido de una detonación. Un cuerpo desplomándose a mi lado. Un cadáver más. Y luego, todo se volvió negro.
Abril. Desperté en un hospital, con una enfermera preguntándome el cómo me sentía; yo sin contestar, oyendo vagos murmuros en derredor, hablando de darme de alta o algo por el estilo, pero, volví a quedarme dormido, sumido entre las dulces y cómodas sabanas.
Y… desperté nuevamente, ahora en mi habitación. Abrí los ojos repetidamente hasta que logre incorporarme. Camine con gran dificultad. La bala me había atravesado el abdomen, con lo que sufría un terrible dolor. Aun así baje despacio las escaleras, apoyándome en lo que encontrase a mi alcance, una pared, el pasamanos, algo… Respiraba entrecortadamente cuando lo vi. Sentado en aquel gran ventanal como de costumbre. Así que me recosté sobre uno de los sillones, permaneciendo en silencio durante largo rato ¿Cómo iniciar de nuevo una conversación borrando las huellas de lo ocurrido en el pasado?
- ¿Por qué no me dejaste morir? –dije sin mirar a ningún otro lado más que al frente.
- …ahora eres mi camarada.
- ¿Dónde está…?
- Pague para que se la llevaran – fue una sensación extraña, porque de algún modo nos entendíamos.
- ¿A quién?
- Bungalows.
- ¿Qué cosa?
- Así le apodan.
- Tú… ¿Me amas? – tenía que saberlo de una vez por todas.
- Que pregunta tan tonta.
- ¿Tengo que matar?
- Es un requisito.
- ¿Y si…?
- ¡No más preguntas! Esto no es un interrogatorio.
- Lo siento.
- No hay perdón.
- ¿ah?
- Solo puedes pagarme con una cosa.
- ¿Y que es esa cosa?
- Verte desnudo.
- ¡Jamás! –negué vigoroso con la cabeza y apuesto a que un poco sonrojado.
- Entonces…
Se puso en pie tomando mi barbilla, frente a mí y dirigiendo mi boca hacia sus labios. Me beso cautelosamente.
- ¿Qué significa esto? – le mire desconcertado.
- El beso del sepulcro.
- ¿Qué, que? ¿Del… que?
- Deberás estar a mi lado y servirme fielmente para siempre. Imitándome. Si llegases a traicionarme… morirás. Pagándome con tu vida. – sentencio cerrando los ojos.
- Bien, lo acepto. – me resigne cruzándome de brazos y adoptando cierta posición, cual si fuera un niño regañado.
- Y harás todo lo que se te ordene – indico tajante. – incluso lo que te pedí primero.
Se encamino hasta la puerta.
Vuelvo dentro de 3 días, tengo una nueva misión. – informo. – Hasta entonces.
+ Dragon Negro +
Ante todo una sincera disculpa... paso sin tiempo para leer este texto. Tal vez el viernes proximo sea capaz de leerlo con tranquilidad y el silencio necesario. Yo debo terminar ahora mismo un fic para mi princesa.
ResponderEliminarSobre mis análisis... sigo haciéndomelos, tengo varias pruebas esta semana y la verdad es que será algo complicado.
Después... sobre Dorian... pronto saldrá... ya salió su nombre en la novela, por lo tanto pronto hará de las suyas y aparecerá y desaparecerá a su antojo. Él es alguien con ese carisma... (digamos que yo soy Dorian Lambert (en nivel de crueldad) con mis enemigos... mi pareja lo vio hace unas semanas y la verdad se quedó perpleja un poco... no conocía esa faceta mía)
Ahora te diré que estaré encantado de leer tu texto... pero dame tiempo... en unos días te diré que opino.
pd: ¿por dónde vas? de mi novela
pd2: todo mi blog son de novelas y textos...
Ese "porque no vale la pena matar a alguien como tú" me ha recordado tanto a uno de mis personajes... que a la vez me recuerda a mí en sus formas de soltar lo que piensa y como actua.
ResponderEliminarBueno te dije que leería y he leido, tarde pero estoy aquí.
He tenido semanas muy agetreadas, digo semanas por no decir meses. He roto con mi pareja, he superado la ruptura mejor que nunca y he terminado mi novela comenzando otra.
No mal que por bien no venga ¿o eso dicen?
Espero que estés bien y todo vaya mejor
saludos,
Lestat
Maldita sea!!! voy a darme de topes en tu presencia!!!! ToT como t extrañe.....Lestat
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